sábado, 28 de junio de 2008

Algunos cuentos...

UNA MUJER PARA PABLO

La seis y treinta de la mañana.
Marcelo, había regresado mas temprano de lo usual, también hoy con una chica diferente. Nadie en la casa era despierto o así parecía.
Pablo abrió un ojo y miró la nueva chica del amigo, posiblemente era una de las mas guapa entre todas la que Marcelo se había traído a casa.
¿Como conseguía a no despertare Victorio?
Ello dos dormían en el mismo cuarto, no se podía entenderlo.
Pablo dormía en el sofá cama del salón, no tenía mucha privacidad, pero nadie se quedaba mucho en casa y además entre semana, Victorio iba a dormir muy temprano y Marcel la noche no estaba nunca.
Victorio y Marcelo, tenían vida diferente. El primero era funcionario de un banco, preciso, maniático del orden, ordenado también en el orden cromáticos de las corbata, todavía en su envoltura de plástica. El segundo, extremo opuesto del primero desordenado en todo lo sentidos.
Los dos, para mantener una situación donde se podía vivir habían pintado una raya roja que dividía el dormitorio en dos parte. La parte de Victorio parecía nueva, cada jueves ponía cera al suelo y a los muebles el viernes cambiaba la sabana, una vez al mes sacaba todo da los cajones y del armario y lo limpiaba completamente dentro y fuera y luego reponía todo perfectamente en orden según del color y de las frecuencia de utilizo.
El lado de Marcelo, era un caos de ropa y cosas. L suelo era una única alfombra de, calcetines, calzoncillo y blusas todavía sucia de pintalabios, chaquetas atadas a corbata de todos lo géneros, facturas y documentos varios tirados en el armario. Fotografías pe grupos musicales que nadie conocía, y fotos de sus viajes Japón, América, Nicaragua y muchas más.
Marcelo hacía el manager y cuidaba la relaciones de algunos grupos musicales, o eso es lo que se esperaba hiciera. Su vida empezaba alrededor de las dos de la tarde bebiendo el café que Pablo, como todos los días les preparaba y terminaba alrededor de las seis y media siete de la mañana, cuando, como su costumbre, regresaba con una chica diferente.
Victorio era, como ya dije, un funcionario de un banco, Novio ya desde hace sietes años con Roberta, también ella funcionaria de banco, el mismo, y tanto precisa como el. Los dos estaban buscando casa desde un par de meses y no es tan complicado entender que habían ya planificado sus vidas hasta el más pequeño particular.
Pablo, un estudiante reticente, ora quinto año fuera curso en filosofía y parecía no tener ninguna intención de terminar. Apasionado de filosofías y religiones orientales, había pegado a la pared póster del Buda de Ghandi de representación del Nirvana, frases china de quien sabe cuales enseñamientos. Parecía no tener una gran vida social si se excluyen los empleados del supermercado y algunos compañeros de la universidad. Pablo no trabajaba, mejor no tenia nada de fijo, Hacía algún trabajito de vez en cuando que le permitía pagarse los estudios, pero no para pagar también un alquiler y el resto. Así, para agradecer las hospitalidad de Marcelo y Victorio, ordenaba la casa y haciendo todo lo que era necesario en casa.


La una y diez de la tarde

Faltaba un día al cumpleaño de Pablo. Marcelo había concertado una cita al restaurante con Victorio y Roberta.
Marcelo tenia ya un buen retraso, sin embargo los otros chicos ya habían llegado y Roberta estaba ya bastante nerviosa.

-pero no puede ser que todas la veces tiene todo ese retraso. Luego llega con el aire del gran señor y no pide tampoco perdón-

Victorio intuyo che habría sido un Calvario aquel almuerzo. Roberta se habría enfadada con Marcelo y Marcelo habría contado algo para hacerla enfadar mas y en todo eso solamente el la habría pagada, Se necesitaba una mediación.

-Cariño. Conoce a Marcelo, ha nacido en retraso.-

Roberta se dio la vuelta más nerviosa aún.

-Ahora le defiende también, te está estropeando.-

Marcelo entró en el restaurante saludando algunas personas sentada al la mesa cerca de la puerta y como siempre estaba acompañado da una chica que no era la de la mañana. También Victorio se había dado cuenta.

¡Hola chicos! ¿Conocéis Pam? ¡ Es el astro naciente de la música italiana le había prometido que almorzaríamos juntos y la llevé!

Una mirada de odio llegaba da Roberta que golpeó Victorio lo cual intentó concluir el almuerzo lo mas pronto posible.

.Bueno, Marcelo, que queremos hacer para el cumpleaños de Pablo? Yo y Roberta habíamos pensado a un reloj que hemos visto en…-
-Pero que dice! Pablo no lleva reloj nunca lo has llevado! Yo tengo un regalo súper,…reloj!! Puff..
Este año carne, carne viva! Una fiesta bonita con sorpresa final.-
-Pero, ya es complicado vivir en tres personas en nuestra casa imagina una fiesta, y además con quien que no conocimos a nadie de sus amigos, siempre que tenga otros a parte de nosotros dos.-
-Primero, no la hacemos en nuestra casa, vamos a casa de una amiga mía. Segundo, esa amiga será el regalo para el. Tercero, la gente la llevo yo.-

-Tu amiga es el regalo? En que sentido?-

-Quiero decir que una chica guapa como Eloisa pondrá la pila también a mister filosofía oriental.-

En esta ultima afirmación, Roberta, no aguantó mas.

-Tu está loco! No puede ‘regalar’ una chica. Estamos en el siglo veinte, la mujer objeto no existe mas.-

-No te preocupe ‘esa’ tiene una ‘hambre’ de po…. Sexo!-
-Ya basta, no consigo a entender con que razonas, y sobretodo si razonas! Y, usted, señorita?-
Refiriéndose a la chica que acompañaba Marcelo.

-No te parece exagerado todo eso?!-

La chica levantó la mirada y miró a Roberta con suficiencia.
-Bueno, depende del hombre.-

-Ya está suficiente, no puedo aguantar mas, me voy!-
Victorio intentó coger Roberta para un brazo, pero ella ya se había levantado.
-Jodér! Marcelo ya lo sabe que la hace enfadar cuando hace este tipo de discurso.-
-Y tu no defenderlo siempre!-

Da el fundo de la sala Roberta se había vuelto hacia Victorio.
Marcelo, de su parte no aflojaba, la idea de la noche de sexo para Pablo será, para el, el mejor regalo que le se podía hacer. Victorio intentó disuadir el amigo, pero sin demasiada convicción, porqué, de toda forma, también a el le gustaba la idea. Roberta salió del restaurante gritando y insultando Marcel, Victorio la siguió pocos minutos después.

-Bueno le has explicado que no puede hacer una cosa como esa?-
Victorio abrió los ojos y levantó los hombros.
-Que??? Entonces tu también estas de acuerdo con el!!!-
Roberta se dio la vuelta y empezó a caminar siempre más rápido, y ahora más furiosa que nunca.
-Pero anda, sabe como he hecho Marcelo, cuando se pone en la cabeza algo no se consigue a hacerle cambiar de opinión.-
Roberta se volvió de repente con los puños serrado.
-No puedes porque no quiere!
Victorio la dejó irse, sin insistir mas, era inútil seguir discutiendo.

La una y cuarenta del mismo día.

Pablo estaba regresando con los bolsos de la compra cargadas. Aquella mañana había sido particularmente feliz. La panadera le había regalado un trozo de pizza, en la librería había llegado el libro de la filosofía del Kitai que esperaba desde seis meses y el perro de los vecinos era gustosamente calladito.
Había echo la compra para la semana, comprado los calcetines para Victorio, y un par de calzoncillos para Marcelo. Entró el la casa que estaba inmersa en el usual ordene vivido, tenia que limpiar los platos y luego podía dedicarse a su libro.
Puso los calcetines en el relativo cajoncito cerca de las del mismo color y buscó un sitio relativamente decente por lo calzoncillo de Marcelo. Nunca se abría dado cuenta que tenia un par de calzoncillo nuevo.
Cerrando el armario una carta resbaló en el suelo. Era el correo de un amigo…era privada… la curiosidad era mucha…demasiada. Que podían, la chica de Marcel, podían escribirle.
Llegaba del Japón y en el interior llevaba una foto. La leyó-
Asombro.
Un segundo de desmayo.
El timbre, una, dos , tres, veces.
Puse la carta en el bolsillo y fue a abrir la puerta.

La dos y doce de la tarde

Roberta entró haciendo un medio saludo.
-No puedo mas,,, no lo aguanto mas!...-
Caminando hacía la cocina como fuese su casa.
-Hola Roberta, que tal?-
Contestó Pablo calmado, que ya había intuido.
-Mira, no quiero hablar…-
Roberta se había quitado el abrigo y había entrado en la cocina y Pablo le indicó la silla.
-Venga… que te ago un café así hablamos un poquillo?, Que pasó?-
-Es culpa de Marcelo, es un irresponsable, no fiable, machista y quien tiene mas, mas le ponga! Además tiene una mala influencia con Victorio.-

Fue una larga séquela de insultos, que permitieron a la chica de desahogar todo la ‘malalche’ que tenía hacía Marcelo.
Pablo se puse mejor las gafas y sacó la carta del bolsillo y se la acercó. Roberta todavía media enfadada leyó y blanqueó ella también.

-Caro Marcelo, ya es un año que no nos vemos. Tengo muchas cosa que decirte que no se por donde empezar, espero ante de todo que pueda venir para acá en diciembre, también porque mis padres querían verte, pero sobretodos querían verte tus hijos. Jaime te da las gracias por el regalo de su cumpleaños y …. …
…..de toda forma te esperamos todos pronto.

PS.
Tu talones llegan siempre, como siempre, puntuales. Gracias

Jaime and Victor
We love you
June


-Bueno, que me dices?-
Roberta no dijo nada, no hacía falta.


Las nueve y treinta de noche

Marcelo estaba en un local lleno de gente del centro de la ciudad, sentado en una mesa con una chica.
-Bueno, confirmadas las tres semanas en lo Shoking y lo estudio de grabación entro de un mes. Come siempre mi comisión es del treinta por cien…-
-Que? El treinta por cien?-
Casi enfadada la chica.
-No te parece de exagerar?-
Marcelo apoyó despacio la copa en la mesa.
-Mira, si no estuviera yo, tu y tu grupo regresarías a tocar en el garaje de tu padre! Entonces no montarte la cabeza, todavía no es el momento!-
Ella se levantó con aire de desafió, pero la expresión segura e decidida de Marcelo era mas que convincente.
-Ahora vas a prepararte que empezaos entre de diez minutos.-
La chica se fue hacia la barra de donde llegaba un hombre en los cincuenta años, muy bronceado con una blusa blanca larga.
-Marcelo, que pasa? Te he visto hablar con la cantante, hay problemas?-
-Que no! Mi Caro Alejandro no hay problema, ningún problema.-
Sacando una de las mas grande sonrisa de la historia.
-Mira cuanta gente te he traído-
-Si!, ya mucha.-
-Ya verás que siempre será así, tienes que confiar en mi!-

La camarera era ya la tercera vez que pasaba en frente de la mesa de Marcelo y el lo había notado, era una de aquella ocasión que no se habría perdido. Alejandro se levantó da la mesa todavía un poco perplejo, pero satisfecho.
Marcelo se quedó sentado observando el local que en efecto estaba lleno de gente. Estaba particularmente satisfecho de cómo había salido la noche, ahora era el momento de pablo.
-Carne, este año carne!-
cogió el móvil y…
-Bueno. Eloisa eres tu? Soy Marcelo…Mira tiene algo que hacer mañana por la noche?-
-Que? Tienes un buen coraje a llamarme! Te esperaba la semana pasada. Había preparado la pizza y tu no has tenido tampoco la decencia de llamarme para decirme que no venia. Y ahora me pregunta..-
Marcelo la interrumpió
-Cariño, mi amor. No pude!-
-Si!, ya, todos dices así, pero luego…-
-Tiene que creerme. La semana pasada, casi debajo de tu casa, fue atropellado da un coche.
-oh dios! En serio?!-
-Nunca te mentiría. De toda forma fue traslado en el hospital y no podía moverme. Te había comprado aquello dulces que te gustan mucho…

Diciendo eso, Marcelo sacó del bolsillo una pequeña agenda. La abrió e pasó la pagina rápido hasta una pagina donde estaba escrito el nombre y apellido de Eloisa, con sus características físicas sus gustos por cualquier cosa, por ejemplo…’se vuelve locas por lo dulces a la crema…’ La lista seguía por lo meno tres paginas.

-…aquello dulces a la crema.-
-Lo siento mucho yo pensaba te fuera olvidado. Te he tratado tan mal…Dime necesitas de algo voy a ayudarte? Estas todavía en el hospital?-
-No,no espera pudiera ayudarme en eso, escucha, que hace mañana por la noche?-
-Mmmhhh, mañana … Nada estoy en casa sola, que tenia en mente que hacer.-

Acordarse de los particulares mas insignificante ayudados siempre da una buena mentira funciona siempre con las mujeres.

-Pensaba de pasarme para allí con un par de amigos y una botella para pasar un rato junto, te apetece?-
-Pues claro, como podría decirte que no?-
-Mira…habría otro favor da pedirte..
Izo una pequeña pausa en atesa de un signo de acontecimiento.
-Tengo un amigo que cumple los años mañana y me gustaría que tu fuese un poco cariñosa con el. Sabe nunca ha sido con una verdadera mujer, una dulce, sensible, cariñosa y maravillosa…-
Cariñosa cuanto?-
.Cuanto basta para no que se olvide de la noche de mañana para mucho tiempo. Lo cojearía como un favor personal y te lo agradecerías en manera muy particular…-
-Pero no cree que estás exagerando, ir al la cama con un amigo tuyo…-
-..Pero es una cosa muy importante para me, pero sobretodos para el. Ahora está separado desde un año y sus hija has muerto en un incidente justo hace un par de meses, y ya es mucho que…-
-Oh por Dios, que muerte tremenda, además una niña…mmhhh…-
-Hazlo para mi, es verdaderamente importante.-
-Pero yo…Por lo meno es bonito…-
-Gracias, mi amor, es muy guapo, garantizado.-
-Esta bien. Para la diez?-
-Perfecto. Eres la mejor, hasta mañana.-

-Mmmhh, la idea de la niña es poquito fuerte y cruel, pero eficaz tengo que apuntarla.”-

Ahora faltaba invitar la gente para la fiesta, pero esa era tarea simple. Salió al palco cogió el micrófono y anunció la fiesta para el días después y que todos era gratis todo el mundo aplaudí. Marcelo regresó a su mesa. La camarera que para todo ese tiempo lo había mirado, ahora era el objeto de sus pensamiento. Llegó a casa con ella.
Las cuatro de la tarde del día después.

Victorio estaba en su cuarto y Marcel estaba todavía durmiendo. Naturalmente no esta solo.
-Marcelo, levántate! Jesús, Marcel son las cuatro. Yo he cogido la tarde libre para organizar la fiesta y tu estas todavía durmiendo?.
Marcelo abrió un ojo..
-Victorio??!!-
-Que pasa?-
-Acércate-
Victorio se acercó.
-Que coño gritas? Te oigo perfectamente también si habla con un tono normal. Además la fiesta ya esta organizada. Tenemos que ir a recoger Pablo alrededor de las siete en la universidad. Vamos al restaurante de Marco y luego a la fiesta para la diez, estas contento ahora?-

Victorio se quedo en silencio, no sabía que decir. Nunca había visto Marcelo organizarse tan bien. Se dio la vuelta con los puños cerrado e se fue hacia la cocina. Marcelo se levantó a la cinco se duchó y buscó algo para ponerse a la noche.

-Dime, Victorio…-

Recogiendo del suelo una blusa roja

-esta podría ir bajo de la chaqueta negra?-

Victorio lo miró y asintió, La chicas estaba todavía bajo de la ducha que se depilaba con la hojilla de afeitar de Victorio que le había pasado Marcelo.

La siete de la noche


Marcelo estaba listo y la chica de la cual Victorio todavía no conocía el nombre estaba todavía en el baño.

-Marcelo. Nosotros somos amigos desde hace mucho tiempo, pero tu amiga está en el baño, en el nuestro baño, desde tres oras. Ha salido tres veces y la primera, se ha bebido MI café, La segunda se ha comido el ultimo trozo de tarta que me había dejado para mañana y la tercera se terminó la coca cola que había comprado para Roberta. Además había concertado una cita con Pablo a la siete y son la siete y un cuarto. Tenemos un poco de retaso o me equivoco?-

Marcel no quitó la mirada del amigo y abrió mas los ojos…
-De verdad?-

Victorio enrojeció del enfado, estrechó los dientes, pero se contuvo.
Llegaron a la cita con una ora de retraso. Pablo no había llegado aun o se había ya ido. Victorio miró al amigo.

-Has visto se ha ido!!-

Pablo llegó da detrás del coche con otro chicos

-estáis esperando desde mucho?.
Victorio lo miró fijamente,
-Pero la cita era para la siete?-
Pablo se miró alrededor y mortificado contesto a Victorio.
-Es verdad, pero he encontrado Ricardo.-
apuntando hacia unos de los chicos.
-..Y me he quedado hablando con el, el tiempo se me a escapado, lo siento.-
-Pero claro. No te preocupes al final es tu fiesta.-
-Gracias. Puede venir también Ricardo con nosotros?-
-Pues claro que puede venir es tu fiesta puede invitar a quien te da la gana.-
Gracias chicos.-
Pablo y Ricardo se despidieron de todos lo otros chicos y entraron en el coche.

La diez y diez de la noche.

-Chicos es ora de ir. Mi sorpresa para el cumpleaños de Pablo está casi lista.-

Marcelo salió con esta frase después de haber bebido la ultima copa de la quinta botilla de vino. Victorio era medio borracho y la cosa divertía mucho a Marcelo. A mita de la noche había llegado Roberta que se demostró extrañamente a favor de las tontería de Marcelo, pero bastante severa hacia el novio, había bebido demasiado.
Salidos del restaurante Roberta cogió la llave del coche de Victorio.
-Conduzco yo! Esta claro que ninguno de vosotros esta en condiciones de conducir.-

Victorio tenia una sonrisa rara y miraba la novia en manera insistente, Marcelo, abatida las ultima s barrera morales, se había tirado en la chica que se había llevado y que desde cuando se despertó no le había dado muchas importancia. El asiento posterior de el coche de Victorio nunca había sido mas caliente. Pablo y Ricardo, estaban sentados detrás con Marcelo y la chica, miraban hacia fuera de la ventanilla un poco en embarazo.

Las diez y media.

Eloisa abrió la puerta y su cara no prometía nada de bueno. Marcelo si adelantó y la miró en los ojos y sonrió. La chica se hizo impasible para algunos segundos, pero la mirada dulce de Marcelo era irresistible y sonrió haciéndeles entrar.

-Me habías dicho, algún amigo! Han llegado casi treinta personas!-

Marcelo pidió perdón a su manera y ella apreció.

-Bueno ahora dime quien es el muñeco!-
-Lo ves esta apoyado al sofá, aquel con el pelo negro corto y la blusa blanca.-
-Si, lo veo, Bueno por lo meno eso no era mentira, es guapo de verdad.-
-Has visto cariño, ora hazlo beber un poquito y luego…bueno no hay ninguna necesidad que te diga nada verdad”-

La chica lo miró de transverso y se alejó. Pablo estaba ablando con Ricardo. Eloisa se acercó a Pablo y los interrumpió.

-Hola, yo soy Eloisa, la dueña de la casa, tu ..-
mirando Pablo
-tendría que ser Pablo. Marcelo me ha hablado mucho de ti. Y tu?-
Mirando Ricardo
-Yo soy Ricardo un amigo de Pablo.-
Ablando, Eloisa se puso en el medio entre los dos amigos y yéndose saludó los dos con un beso. Pablo pero lo recibió en la boca e Ricardo miró sorprendido el amigo.
La chica se alejó pero no quitó la mirada desde Pablo que se enrojó. Victorio y Roberta estaban ablando y bebiendo con otra gente. Parecía que ella se había relajada hacía todos.

-Victorio porqué no nos vamos a casa?
El chico terminó de reírse y la miró.
-Si! Anda esta noche en casa no hay nadie, están todos aquí e yo he bebido lo suficiente para divertirnos.-
Victorio cabeceó sorprendido.

-Quiere irte ahora mismo?-
-Si!! Ahora mismo.-
-Ok. Voy a decírselo a Marcelo y a pablo puse a caso que…-
Marcelo estaba para entrare en la cocina con una chica cuando vino alcanzado da Eloisa.

-Marcelo di a Pablo que lo espero en mi dormitorio. Ahora!-

Se fue sin esperar respuestas, El chico la miró y luego ablando con la nuevo conquista.
-Entra en la cocina que ti alcanzo sobra la marcha.-

Pablo y Ricardo estaban ablando cuando la mano de Marcelo se puso sobra el hombro del amigo.

-Lo siento interrumpiros. Pablo, Eloisa te necesita, localícela en su cuarto por favor.-
-Su cuarto? Porque su cuarto y que quiere?-
-Pero cuantas preguntas, yo que se, Tu vas y ya está-

Pablo se encaminó hacia el dormitorio de la chica, abrió la puerta y entró. Eloisa estaba tumbada en la cama, desnuda, bajo de la sabana. Gran parte de ella, de toda forma, era bien visible.
-Vamos, cariño, entra y cierra la puerta.-

Pablo seguí

-Ahora vente para aquí-

Se acercó. La mirada de Pablo, ante un poco tímida y embarazada, se transformó en una mirada profunda de un hombre y ce acercó…

Marcelo y la nueva conquista eran casi tumbados en la mesa de la cocina y ella emitiera grititos de gozara. De repente se abrió la puerta y apareció Eloisa.

-La separaciones?!.. La niña muerta?...Eeehh?!?!? Eres un bufón!! Eloisa lo miró y cerró la puerta detrás de si saliendo. Marcel se quedó de piedra, miró la chica que estaba debajo de el y…
-Ponte algo encima que podría entrar alguien mas-
La puerta de la cocina se abrió una segunda vez y apareció Victorio.

-Que pasó? He visto Eloisa que se iba, Posible? Ya terminaron?-

-Es posible. HA entrado me ha insultado, creo, y se ha ido.-

Se abrió la puerta una tercera vez y entró Pablo. La mirada interrogativas de Victorio y de Marcel hacia el amigo se hacían pesada y Pablo parecía listo para dar explicaciones.-
-Bueno, que paso?-
-Bueno chicos es un poco complicado da explicar.-
-Que hay de dificultades, has fallado puede pasar a todos.-
-No, no entendéis. El punto es que yo estoy ya de novio.-
Victorio miró Marcelo con la mirada todavía mas sorprendida.
-Ya está de novio? Y cuando a pasado eso? Desde cuando?-
-Ahora son casi diez años-
-Y quien es? Hace diez años éramos en la escuela juntos, Desde entonces, Desde la escuela, correcto?-
-Si, desde los tiempo de las escuela, pero nunca tuve el coraje para desírvelo.-
Vittorio si levantó de repente, como si se hubiese echado una ducha fría.
-Bhe! Entonces quien es?-
Marcelo hizo señal a Pablo de sentarse y con la sonrisa dijo…
-Espera para mi es La Tosi. La tía que tenia una súper teta y una cintura de abeja. Cuantas noches sin dormir, cuantas horas en el baño…-
-No.-

Victorio cogido da la énfasis de la noticia intentó también el.

-Para mi es la Prici, la del segundo banco toda involucrada con los tema de la filosofía oriental-

-No.-

-Espera, espera, la del tercer banco, como se llamaba? Ciñi, Biñi, no me acuerdo.-

NO, es…-

Espera, no me digas que es la Hernández-

-Quien era la Hernández?-

Preguntó Victorio.

-Si, anda, la que el ultimo año hizo la actuación, el ballet “el lago de los cisnes” y cuando murió todo el mundo regocijó. El monstruo!!!-

-No!-
-El monstruo?-
-NO!!-
-Anda, no me diga que es ella…pero si tenia mas barba que tu.-
-No! He dicho que no!-
.Han terminado las chicas de la clase, de que sección era?-
-De la nuestra. Es Balducio-
-No me acuerdo ninguna Balducio en la clase.-
Pablo exasperado confesó…
-Ricardo. Ricardo Balducio.-

Victorio y Marcelo se miraron desconcertados. Las ultimas palabras que querían decir les murió en la garganta. Un segundo que duró una eternidad. Se abrió la puerta y la cabeza de Roberta se asomó.

-Bueno, Victorio yo te…-
No conseguí seguir adelante, la cara de Marcelo y la de Victorio tenia una expresión tan rara que no le quedó que salir cerrando la puerta sin añadir nada mas.

-Chicos, era mucho tiempo que quería decirlos, pero siempre me ha faltado el coraje y además tenía miedo que usted no habría entendido, pero ahora es demasiado tarde.-

Marcelo se paso una mano en el pelo y se levantó.

-Eres un Jilipolla, Gay o no, eres un jilipolla. Nosotros somos tus amigos y si lo hubiéramos sabido ante, muy probablemente habríamos evitado de hacer todos ese espectáculo con aquella estupida de Eloisa.-

Victorio se acercó

-Desde diez años eres gay y nadie sabía nada. Puedo admitir que non me lo esperaba, pero para mi no cambia nada y para una vez estoy de acuerdo con Marcelo, eres un Jilipolla.-

-Chicos lo siento, pero no sabía, temía que no me hubieras entendido y me habría tenido que buscar otra casa.-

Los tres chicos se quedaron mirándose para un minuto in silencio, luego explotaron en una reconfortante risa. La cara de Roberta se asomó otra vez habiendo oído la risa y se quedó en silencio mirándoles, puedes porque vio lo tres chicos abrazados como cuando eran chiquillos. Victorio los miró y …
-Miraos ahora que todos se ha aclarado yo me voy con Roberta a casa, nos vemos mas tarde…mejor…mañana… no se si… bueno chao…-
Roberta un poco descolocada, no entendía lo que había pasado y se largó, está vez con Victorio. Marcelo cogió dos copas y una la ofreció al amigo.-
-Brindamos, a la no follada son una de las mujeres mas buena que yo conozco.-

-Brindamos.-

-Mira, a propósito de Eloisa, tenía que decirle que no eran verdead todas la historia de la novia y de la niña? Ahora no se que inventarme.-

Pablo sonrió y regresó con Ricardo que lo estaba esperando para obtener alguna explicaciones. En conclusión fue una de las mejores fiesta que todos se acordaba.

La cinco de la mañana.

Pablo y Marcelo si habían echo media ciudad andando para regresar a casa y de toda forma fue bastante bonita. A los dos le había pasado la borrachera y el aire de la mañana conciliaba el sueño. La puerta de casa estaba abierta e se oían inequívoca viles grita de gozo que llegaban del dormitorio.

-SI ASÍ! Vuélveme loca!.

Uno zapato voló fuera de la puerta y el chasquido de un látigo, un body de piel siguió lo zapato en el pasillo y los gritos seguían siempre mas guarro.
Pablo y Marcel corrieron fuera de la casa cerrando la puerta de casa despacio y explotaron en una fuerte risa.

-Churro e chocolate?, el bar será abierto ya!.-
-Vale, churro y chocolate esta bien.-
Dentro el bar los dos chicos, uno en frente a el otro después de el primer mordisco…
-buen, bueno, bueno, Victorio y Roberta…todos perfectitos…jejejeje, que pareja!-
Una risa increíble los llevó hasta la seis y treinta de la mañana, entonces decidieron de regresar.
Todos había terminado y el silencio del domingo era ahora el verdadero rey.
Marcelo, todavía vestido, se sentó en su cama, miró Victorio que todavía llevaba una mascara de piel, se la quitó y la repuse en ordene en su armario cerca de los otras ropa de piel debidamente escondida. Luego se acercó a la ventana, era l’amanecer.
El amanecer es siempre tan romántico, y el sol naciente lleva siempre el sabor de June.


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